Andar con poco

Tiempo de verano. Con suerte, vacaciones.

Tiempo para gozar el  tiempo y para perderlo, ideal para aligerarse.

Tiempo para recorrer caminos con poco equipaje, con lo imprescindible como descanso.

Tiempo de lecturas para saborearlas.

Hace algunos años me descubrió el libro de Julio Villar" Viaje a pie". En el relato se combinan  dibujos al viento con palabras andadas, apuntes de poesía  del caminante que anda con poco y descubre cada día lo esencial , lo invisible de la ruta. Es un dulce de verano.

Cito algunos fragmentos.

"No soy animal de madriguera.

Algo tienen las casas que me agobia.

Siento un cariño incontrolado 

por todo lo que va de paso, sin cobijo y sin mañana.

Me gusta pararme y prestar atención.

Me gusta lo desconocido, 

lo esbozado,

lo por hacer.

Me gusta todo lo que está detrás de las cosas,

detrás del paisaje,

detrás del horizonte.

Me gusta la perspectiva,

la insinuación.

Me gusta estrenar el tiempo".

"Veo una tinaja e imagino el gesto de la mujer que la llevó.

Veo unas tijeras de esquilar y me puedo contar toda una historia.

¿...Sabía el que labró esa cara tan infantil  en el cabezal de la piedra de su ventana que yo la iba a mirar e iba a sonreír al verla casi dos siglos después?

Ese hombre no murió del todo."

"La noche viene fría y rasa. La Vía Láctea está muy baja.
Si yo fuese capaz de escribir lo que siento algunas noches, cuando miro a la osa mayor...escribiría el libro ...más bonito...del mundo"

BUEN VERANO ¡

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